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Italia, Tierra de grandes vinos.


“Tierra de vinos”, así fue llamada Italia por los Griegos, y lo sigue siendo actualmente. Es indiscutible que este maravilloso país es uno de los grandes referentes a nivel mundial en producción y consumo de vinos.


Italia cuenta con la mayor variedad de estilos de vinos, convirtiéndose en el hogar de más de 400 tipos de cepas. 


La geografía de este país permite una infinidad de oportunidades para el desarrollo de la vid. Con climas bondadosos y con la presencia de una larga cadena montañosa que se extiende desde los Alpes hacia el sur, logra dar una gran diversidad de suelos y mezcla perfecta de latitud, altitud y exposición solar.


Italia conserva grandes regiones vinícolas, sin embargo, algunas de ellas resaltan por encima de otras por la popularidad y calidad de sus vinos. A continuación destacamos tres de ellas, presentes en la cava de Iberpark.


La Toscana, está ubicada en el corazón de Italia central, al norte de Roma y es una península ligeramente inclinada hacia el oeste. Los paisajes de esta zona son ondulantes colinas donde se puede apreciar centenarios olivos y viñedos. 


La variedad de uva Sangiovese es la reina de esta región. Su nombre deriva del latín sanguis Jovis, la “sangre de Júpiter”, en referencia al dios romano. Esta cepa da vinos de sabores únicos, logrando un estilo auténtico para la región. Hoy en día se permite la mezcla de esta uva con otras cepas italianas y también con cepas de origen francés, como Cabernet Sauvignon, Syrah o Merlot. Pero también, se están retomando a viejas prácticas para elaborar vinos únicamente con la cepa Sangiovese. 


Dentro de los vinos más conocidos de La Toscana encontramos los Chianti, que se producen en la zona del mismo nombre. Aunque toda la zona es reconocida por elaborar vinos de calidad, Chianti Classico es único, gracias a su consistente calidad y el cuidado de los productores en hacer vinos que hablen por sí mismos, estos provienen de la misma zona que los afamados Chianti Classico Riserva. 


Tal es el caso del vino Villa Antinori Chianti Classico Riserva 2016, es una mezcla de Sangiovese con pequeñas proporciones de variedades de uvas internacionales con una crianza de un año en barrica. Este vino se produce en Villa Antinori, que tiene más de 100 años de historia, elaborando vinos de estándares cada vez más altos, pertenecientes a la familia Marchesi Antinori.

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Al sur de Chianti, la variedad Sangiovese recibe el nombre de Brunello, los viñedos se encuentran alrededor de la ciudad de Montalcino, cerca de Siena, aquí es la tierra de los aclamados Brunello di Montalcino.


Casanova di Neri Brunello di Montalcino 2015, es un vino de la bodega Casanova di Neri, la cual fue fundada en el año 1971 por Giovanni Neri, que, con gran visión y pasión, explotó el gran potencial vitivinícola de la zona Montalcino. Su filosofía es comprender las características del suelo, el microclima y las variedades de uvas, que le permite producir vinos únicos, reconocible y capaz de expresar el territorio. Con una crianza de 24 a 30 meses en barrica, este tinto es concentrado con intensos aromas a fruta roja y negra madura, notas herbáceas y sutiles toques tostados. Con un pasaje en boca agradable, persistente y de excelente potencial de guarda lo transforma en un gran embajador para la región.

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La segunda región es el Piamonte, se encuentra ubicada al noreste de Italia, su nombre es dado por su ubicación geográfica al pie de la montaña de los Alpes y la especialidad de esta zona son sus vinos tintos de clase mundial.


La uva Nebbiolo es la cepa más famosa de aquí, y su nombre es dado por la palabra “nebbia” que significa niebla en italiano, ya que en el momento de su vendimia los viñedos se encuentran sumergida en un intensa niebla. La uva se destaca en la región Langhe donde se encuentran Barolo y Barbaresco. 


El vino Barolo es considerado “el rey de los vinos tintos italianos”, y para muchos son vinos tradicionales y modernos, los cuales son elaborados únicamente con la cepa Nebbiolo. El tiempo mínimo que debe pasar en barrica es de 3 años mientras que para el Barbaresco es de 2 años, y para los llamados “Riserva”, será de 5 y 4 años, respectivamente. Gracias a ello el vino Barolo presenta una nariz sinfín de agradables matices que vuelven a hacer acto de presencia en boca.

Antinori Prunotto Barolo DOCG es unas de las etiquetas presentes en la cava de Iberpark. En copa es un vino de color rojo granete, con aroma a pétalos de rosas, frutos rojos y notas especiadas. En boca tiene una estructura marcada, equilibrada y taninos aterciopelados.


La principal diferencia entre ambas zonas es que, en la región de Barbaresco, el clima es más cálido logrando que la uva madurare más rápido en suelos más ricos en nutrientes, por lo cual la uva no genera tantos taninos como los vinos de Barolo, donde sus uvas son más tánicas a causa de su suelo calcáreo o de arcilla, dependiendo de la zona.


Antinori Prunotto Barbaresco DOCG, la cepa utilizada en su totalidad es Nebbiolo, este vino envejece en barricas de roble de diferentes capacidades, es un vino distinguido pero accesible y muy agradable. 


Tanto los vinos de Barolo como los de Barbaresco poseen una amplia gama de aromas a frutos rojos maduros, con cierto carácter floral y especiado de rosas, violetas, canela, clavo y anís. Su pasaje en boca es firme, con un final largo y de gran persistencia.


En la actualidad, los vinos del Piamonte están reconocidos como la mejor expresión de la uva Nebbiolo a nivel mundial. Son vinos finos, pero robustos, siempre con taninos que no pasan desapercibidos, logrando dar un alto potencial de envejecimiento. Vinos complejos que expresan amablemente el terroir de esta renombrada zona italiana.


Por último y no menos importante, tenemos la región de Véneto, ubicada al noreste de Italia. Donde se destaca la zona de Valpolicella con sus elogiados Amarones.


Aquí la bodega Masi, perteneciente a la familia Boscanini, trabaja con técnicas de vinificación históricas y modernas. Con un total de 200 años de trayectoria, cuentan con una gran experiencia en producir Amarones bajo la técnica de appasiamiento. Utilizando las uvas Corvina, Rodinella y Molinara, se realiza una deshidratación evitando la Botrytis, dejándolas reposar en una cama de bambú antes de comenzar la fermentación. Esto hace que el vino tenga más cuerpo y mayor concentración, con aromas a frutos maduros y baja acidez.


En cambio, Masi Costasera Amarone della Valpolicella 2015, es un vino de aromas intensos a frutas cocidas, ciruelas y cerezas. En boca notas frutales con toques de café y cacao, logrando un final bien equilibrado y persistente. De los vinos más orgullosos, majestuosos y complejos que podemos encontrar en la cava de Iberpark. 

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Prohibida su venta a menores de 18 años
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